A partir de hoy, las Iglesias cristianas de Alemania celebran su 26ª Semana Ecuménica por la Vida. La semana es organizada desde 1994 por la Conferencia Episcopal Católica (Dbk) junto con la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD) para sensibilizar a la Iglesia y a la sociedad en general sobre la dignidad de toda vida humana.

Bajo el lema “La vida en la muerte”, la Semana se dedica a los aspectos pastorales, médicos y éticos de la atención a los moribundos. En el contexto del actual debate sobre el suicidio asistido, la información sobre las diversas opciones de cuidados paliativos y de hospicio es de especial importancia, pero también es la pandemia de Coronavirus la que ha vuelto a poner en el candelero cuestiones como la protección de la vida y la conciencia de la importancia de acompañar a las personas vulnerables.

La apertura de la iniciativa estará marcada por una ceremonia ecuménica que tendrá lugar a las 10.30 horas en la catedral de Augsburgo y será concelebrada por el presidente de los obispos católicos alemanes, monseñor Georg Bätzing, y su homólogo evangélico, monseñor Heinrich Bedford-Strohm, pero también por los obispos locales: por la Iglesia católica, monseñor Bertram Meier, obispo de Augsburgo, y por la Iglesia evangélica, monseñor Axel Piper. Tras la celebración, los trabajos se iniciarán en línea en la plataforma Zoom con un debate sobre el tema “Vivir mientras se muere… ¿y cómo? Perspectivas en conversación”, que contará con la participación de varios representantes de la sociedad eclesiástica y civil. En particular, las perspectivas éticas y pastorales serán ilustradas, entre otros, por el obispo auxiliar de Augsburgo, monseñor Anton Losinger, que es miembro del Consejo de Ética de Baviera, y por el profesor Traugott Roser, catedrático de Teología Práctica en la Facultad de Teología Protestante de la Universidad de Münster.

La sentencia del Tribunal Constitucional Federal sobre el “suicidio autorresponsable” 

En una sentencia de febrero de 2020, el Tribunal Constitucional Federal anuló la decisión del Bundestag de 2015 de prohibir el suicidio profesionalmente asistido en virtud del artículo 217 del Código Penal alemán (StGB). Según los jueces de Karlsruhe, el principio constitucional de libertad y dignidad de todas las personas incluye también el derecho fundamental de autodeterminación de su propia muerte. Esto significa que en el futuro los médicos estarán llamados por la ley a asistir médicamente a los enfermos que quieran suicidarse.  Los obispos alemanes han expresado su preocupación por la sentencia, afirmando que “el suicidio asistido no es una opción éticamente aceptable”.

Una peligrosa tendencia a la eutanasia 

El obispo auxiliar de Augsburgo, Anton Losinger, que también es miembro de la Comisión de Ética de Baviera, explica a Vatican News los argumentos de la Iglesia en contra. El suicidio asistido, dice, “establece un plano inclinado” que conducirá fatalmente a la legalización de la eutanasia y acelerará el proceso, una tendencia a la que la Iglesia católica y la mayoría de los profesionales de la salud en la República Federal de Alemania, se oponen enérgicamente.

El suicidio asistido no es la respuesta adecuada a las situaciones precarias del final de la vida

El prelado señala que el presidente de la Asociación Médica Mundial, Frank Ulrich Montgomery, ha advertido que supondría un cambio sustancial del papel de los médicos, que pasarían “de ayudantes a ejecutores”

A la Conferencia Episcopal Alemana le preocupa que el suicidio autorresponsable y el suicidio asistido “se conviertan en una forma más o menos “normal” de morir en situaciones de asistencia”: habría una “presión suave y constante sobre las personas necesitadas de cuidados y, en particular, sobre los ancianos que no quieren ser una carga para sus familiares”, argumentan. Según los obispos, permitir el suicidio asistido “no es la respuesta adecuada a las situaciones precarias del final de la vida”. Lo que se requiere, en cambio, “es la ayuda, el cuidado y el apoyo en estas difíciles situaciones vitales y el desarrollo de perspectivas de vida para las personas que lo necesitan”, reitera el obispo Losinger.

El suicidio rara vez es un acto de libertad responsable

Citando estudios realizados por el “Programa Nacional de Prevención del Suicidio”, recuerda además que la gran mayoría de las personas en estado crítico de salud con pensamientos suicidas se encuentran en una gran angustia psicológica, lo que -señala- confirma que el suicidio es raramente “un acto responsable de libertad”. En la mayoría de los casos es un grito de ayuda a la sociedad”. 

La necesidad de unos buenos cuidados paliativos

Por ello, los obispos católicos alemanes insisten en que “una buena atención, unos cuidados paliativos profesionales y la promoción de la idea de los hospicios son los instrumentos adecuados en estos casos”. Además, explica que el objetivo de la Semana ecuménica es enviar un mensaje contundente en este sentido: “Necesitamos construir una sociedad con rostro humano que esté decidida a prestar asistencia en vida y no al suicidio asistido”, subraya el obispo Losinger.

(Vatican News)

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